viernes, 19 de septiembre de 2008


Paso la tormenta. Se secaron las lágrimas. Lavé la sangre. Se terminó. ¿Se terminó? ¿Hasta cuando voy a estar juntando los escombros de mi vida? ¿Hasta cuando voy a seguir creyendo que de verdad esto termino? Y por sobre todas las cosas me pregunto hasta cuándo la gente que está alrededor mío va a seguir balbuceando sus ganas de que todo vuelva a ser como antes, que la vida es tan linda, que tengo que ser feliz, que miremos el lado positivo de la situación, y todo el tiempo “¿qué te pasa?”. No quiero que todo vuelva a ser como antes, pero tampoco entiendo muy bien cuales son los pasos que le siguen a está incertidumbre que se mezcla con la pena ajena y sobreprotección. ¿Hasta cuándo mi mamá va esconder las tijeras? ¿Cuándo me van a dejar cerrar completamente la puerta de mi cuarto o del baño? ¿Cuándo voy a volver a ser yo sin volver a ser yo? ¿Cuándo se van a borrar las marcas de la piel? Y esas malditas pastillas en mi mesa de luz. Y esas ganas horribles de tirar todo a la mierda de nuevo. Y todo ese rejunte gigante de cosas que nadie entiende.

viernes, 12 de septiembre de 2008


















Caminando la ciudad de Buenos Aires, con sus infinitas calles, verdes bulevares y esas cuadras eternas, llegué a la conclusión de que no hay dos lugares en la ciudad que no estén conectados por algún medio de trasponte público, ya sea el tren, el subte o el colectivo. Por supuesto que este último es quien cubre la mayor parte de la ciudad porque, seamos honestos, ningún subte se atreve a entrar en los pasajes de San Telmo. Ni hablar de la inversión económica que significaría construir un subte, digamos, en medio de Villa Pueyrredón, donde las casas son chiquitas y las calles son sólo para andarlas caminando, en bicicleta o, en casos de extremo apuro, con el automóvil.Volviendo a lo relevante la historia, los colectivos conectan cada zona de la ciudad, con una tarifa mínima de 0.90 centavitos. Te llevan desde Belgrano hasta La Boca, como el amado 152 que siempre llega rápido y como regalo te permite sentarte, o el 133 que su paseo lo hace empezando en Plaza Constitución, pasa por Flores y termina en Puente Saavedra (convengamos que no se atreve a cruzar a la provincia). También hay otros como el 60 que viene desde plaza Congreso y que sigue de largo hasta Zarate. No hay dos lugares que no se conecten con la gran red de colectivos porteños. Y cuando uno cree tan firmemente en esto, le sorprende que tenga que tomar más de un transporte para llegar a otro punto de la capital.Por esto mismo, cuando me enteré que de mi casa hasta la casa de mi pareja no había un único colectivo que me lleve, entré en un dilema muy importante. Si debía llegar rápido a su casa (o viceversa), tenía que esperar el colectivo, viajar por las calles que hoy en día son una suerte de caos (salvo los fines de semana, pero, vamos, ¿quién tiene urgencias un fin de semana?) y una vez que me bajase del colectivo, tenía que esperar el tren, que no es tan simple, por que la maldición dice que si llegás a la estación y se acaba de ir uno estás condenado a una espera de media hora, o cuarenta y cinco minutos en el peor de los casos. (Ese lapso de quince minutos depende meramente del karma personal y ya no es cuestión de la secretaría de transporte).Resolví este dilema terminando con mi novio: le dije, no es tu culpa, no lo era de verdad, pero la cuestión es muy compleja como para dejarla ser. Me trató de loca, de desquiciada, que cómo medía mi amor hacía él basándome en un simple problema de transporte. Pocos días después me di cuenta que hice muy bien en terminar esa relación, evidentemente estábamos en páginas diferentes, yo media minuciosamente mis formas de transporte y él me creía loca por eso. ¿Cómo dos personas tan diferentes se iban a mantener unidas? ¿Era lógico seguir en una relación tan inconvenientemente dispuesta en el marco de una ciudad que consta con colectivos para todos lados?Por suerte conocí a Fred, que vive en Corrientes al 2000. Y todos los colectivos que pasan por casa, pasan por su casa también.

Almafuerte

"Piu Avanti!"
No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde intrepidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios, que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora...
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!
Siento en el alma pena por no poder aguantar más que estos meses sin vos. Fuerzo el destino para verte, si está entonces, voy, si se marca entonces, te llamo. Soy así. Lo fuerzo por que te extraño tanto, tanto. Pero por más fuerzas te seguís deslizando de mis manos y jamás puedo tenerte entre mis dedos. Me cuesta entender que ya no sos quien amé, que no estás, pero tu cuerpo sigue ahí y me imagino en vano que también está en algún lado la persona que quiero ver y escuchar, que me vea y que me escuche. Es sin sentido decir que no voy a volver a esforzarme por verte o hablarte, porque por más punto final que quiera poner, me excede la situación en la que estoy parada. Sin salida aparente, al menos por ahora.Hasta luego, papel, gracias por escuchar tan atentamente.

Diarios de la modernidad

¿Cómo escribo que te veo escrito en la pantalla?Una habitación gigante, vos y yo en las respectivas esquinas y toda la gente que está en el medio es invisible. Te quiero alcanzar y te desconectas de mi vida. Parecés tan intangible y ahí estás, del otro lado, y yo escribo; mientras de reojo te miro -menos mal que no me ves-. Y ahora que no estás más frente a frente, soy libre de seguir escribiendo mis diarios de la modernidad.

HIPERREALISMO METAFÍSICO
















Quise ser (pasado)

...música, pincel, óleo, vida, amor, flor, pasto, humo, aire, aroma, hueso, pez, color, oscuridad, sabor, risa, verde, luz, masa encefálica, espuma, café, cristal, polvo, vapor, fibra óptica, sal, vidrio, rayo, tiza, tierra, ramas, metal, cera, fuego, antídoto, sangre, perfume, atardecer, verano, hoja seca, piel, herida, agua, muerte, tarde, estrella, llave, hilo, pájaro, arena, mármol, luna llena, silencio, lágrima, miel, libro, aprendizaje, huella, oro, pureza, almidón, ángulo, vértice, fotografía, pena, suerte, mártir, pluma, selva, taza, pasado, combustible, papel, sueño, subterráneo…
Alguien más

domingo, 27 de julio de 2008

Com pa rar

Comparaciones de otoño, tan inevitables como respirar o mirar esas cosas que nadie debe mirar. Comparar, inevitable tarea. Te comparo, hoy a vos, con aquel, de ayer. Y sabe disculparme porque te digo, es inevitable. Así que empiezo por nariz, pelo, boca. Sigo con actitudes, palabras, inteligencia, años, vida, grado de psicosis. Y no paro. Es que tampoco puedo hacerlo. Ya me gusta, creo. Es que cuando comparo no hay manera que nada le gane al perfecto y mágico amor que vos sí me das y que el no supo darme. Y vuelvo después a comparar que no hay nadie (ni siquiera él) que me haga sentir tan completa como vos, que me tome de la mano tan delicadamente y me de un beso cuando cierro mis ojos. En este caso, ambos sabemos que las comparaciones no te afectan, porque por mucho que pensemos seguís siendo tan vos que no hay contraste que contrarreste lo que te amo.

miércoles, 9 de julio de 2008

Terminamos de ver esa película. Eran pasadas las dos de la madrugada. Acostados esperábamos como siempre el amanecer. Y no llegaba. Entonces entre bocas secas y cigarrillos largos, con humo en las manos, me preguntaste: “y, ¿vos a quién borrarías?”, te miré fijo y te dije murmurando: “a vos”. Tu cara de sorpresa fue increíblemente hermosa, cara de no entender nada. Y entre esas sábanas te expliqué, que me completabas, que desde que eras mío las cosas que solían hacerme feliz no se comparaban con estar a tu lado, y que siendo siempre así, nosotros, sería feliz por la eternidad, pero como los sentimientos se degradan y la vida pasa, no podía esperar ser así de feliz para siempre, por eso, prefería borrarte de una vez, para algún día poder volver a encontrarte y ser feliz completamente: tal y como fui la vez que te conocí. Sólo que no lo sabría, pero extendería unos momentos más esa felicidad que se desvanece en la rutina.Y me miraste de nuevo, tu ‘entre sonrisa’ que me encanta, y me diste un beso con gusto a piel tuya, recostándote entre mis brazos y mirando la ventana dijiste: “¿porqué tarda tanto el amanecer?”
Otra vez lo mismo
Lo mismo mismo mismo

Tu
Boca calle
Siempre lo mismo mismo

Y siempre amándote queriendo
Lejos, frío, allá
Y yo
Acá

Extraño, extraño.
Te
No, es decir, no

Debo te tanto
Y nada que hacer con la nada
Que no vuelve ya

Y vos fumas tu vida mismo

Misma nada
Misma, siempre
Misma yo así acá

Te extraño, extraño.
Nuevamente la noche me encontraba despierta. Insomnio. Y “nuevamente” era mi segundo nombre. Las noches se presentaban llenas de todo: preguntas, dudas, fantasías, música, libros y desastrosas incógnitas. Entre tanto pensar siempre me venía tu nombre. Venía, de distintas maneras. A veces como canción. A veces como felicidad y otras inmerso en una tristeza absoluta. Pero esa noche pensé en escribirte. Escribir y finalmente hacértelo saber. Dejar que la pluma corra sin detención y vos puedas leerlo en forma de carta pseudo melancólica, pseudo necesidad invariable. Lo pensé y ya el corazón latió más fuerte, lo pensé y al segundo estaba blanca, temblando como cuando estás a mi lado. Lo más ilógico es pensar que temblaba como si de verdad estuvieses leyendo, eso que no escribí, y eso que tampoco habiendo escrito te mandaría. Porque titubear no significa que de verdad vayas a leerme. Un día, puede ser, que llegues a leer todo lo que he escrito sobre ti, desde lo más profundo de mi soledad. Desde que te amo y soy yo por hacerlo, desde que ya no te veo y lo único que puedo imaginar es escribirte.Hay tanto que he escrito, guardado en un cajón, se pregunta si algún día podrá ser leído, función vital de texto, pero yo, lo condeno, por vos y por mí, a una vida de soledad, tal cual la mía. Lo condeno y me condeno de ser leídos.
¿Cómo pretender de los demás eso que ni yo puedo manejar? No quiero rebajarme, si soy tanto. No quiero cambiar, estoy conforme con ser así y con sentirme así, pero el cambio parece más necesario para los demás que para mi misma. Y que injusto es vivir por la expectativa ajena, vivir por el resto. Quiero ser y nada más.Y ¿para qué perderme en mis propias historias si son dignas puramente de la ficción? Y por más que quiera y mucho lo desee siempre permanecerán allí, donde deben estar, en el plano imaginario. Cuanto más quiera cambiar, más me voy a encerrar en fábula de escribir mil vidas que jamás serán realidad.

sábado, 28 de junio de 2008

SOL denoche

Ahora, mi pregunta es siempre la misma: ¿es el mismo sol el que vemos todos? ¿Lo vemos todos igual? Es tan subjetivo el sol, estoy segura que debe haber más de uno y que esto es otra de las miles de mentiras en las que vivimos. Porque, míralo bien, ¿no ves que no podes? Es que es tan grande y te encandila, por eso creo que puedo afirmar que quienes se cree aptos para describirlo, es porque están mirando otro sol. Claro, un sol para cada lugar, y en algunos casos, un sol para cada persona. Yo estoy segura, te digo, que el sol que intento mirar hoy, no es el mismo sol que miró alguna vez Dalí. O el que miro mi abuelo…o tu abuelo, o quien fuere. Nadie es tan fuerte como para aguantar miradas juiciosas de toda la humanidad, desde hace tanto tiempo, es decir desde que hay humanidad en sí. Si ni siquiera vos aguantas cuando te mira la gente entrar al colectivo y buscas rápido un lugar para sentarte…Imaginate que te miren todos por tanto tiempo…Es que no hay uno, hay más. Es evidente que nadie se soportaría semejante presión de la raza humana.
Y todos nosotros, como tontos, frunciendo las cejas.

jueves, 26 de junio de 2008

Griselda

Voy a relatar la historia de Griselda, o como la llamaban en el barrio de Boedo, “La vieja loca”. (Agrego que no estoy de acuerdo con este apodo tan injusto y puesto al azar). La razón por la que escribo su historia, aparte de la inspiración que me crea esta peculiar señora, es para que todos en Boedo puedan entender la verdad sobre ella, sus zapatos y sus locas manías de leer los diarios ajenos. Griselda no nación en Boedo, como se puede creer, nació en Balvanera, en un geriátrico donde vivía su abuela, y el día que su madre fue a visitarla, fue el día en que le tocó a Griselda dar con el mundo exterior.
Supongamos que hubiese nacido en un hospital, cuando su madre decidía abandonarla por lo menos se hubiese quedado en un lugar más ameno y donde alguien podría haberla querido para adopción.
Pero en un geriátrico no, allí toda la gente es mayor y no quiere tener más hijos, la mayoría ya los tuvo en su juventud y pasar por eso de los pañales otra vez no era una experiencia tan grata.
Es así como Griselda se crió con las enfermeras de turno, sin una en especial, se complementaban para alimentarla, bañarla y cuidarla, pero nunca nadie paso más de 5 horas (eso duraban los turnos) con ella. Mientras crecía, ya pasaba desapercibida en el geriátrico, las jóvenes enfermeras ya no la encontraban tierna y se limitaban a saludarla en los pasillos. Griselda se pasaba el día hablando con las viejecitas seniles, que le contaban historias de la guerra, de la dictadura y cosas igual o más crueles.
Pero claro que no podía vivir toda su vida allí, por eso cuando cumplió 15 años se fue del geriátrico a buscar otro lugar donde vivir. Para esa altura su abuela ya había muerto y jamás se había enterado que Griselda era su nieta.
Ella emprendió su partida y se instaló en una pensión en la avenida La Plata, allí trabajaba de día para pagar su comida y estadía. Como no se había criado en un hogar convencional, no sabía del todo cómo tratar a la gente y muchas veces lo hacía de mala manera, o contestando maleducadamente: Maleducadamente no es término que corresponde, porque después de todo ella no tuvo educación, más bien la manera adecuada de llamarla sería sineducadamente.
De muchas pensiones la echaron hasta que terminó viviendo en una casa abandonada cerca de la Autopista 25 de Mayo. Como nadie le daba trabajo, robaba semillas, las plantaba en su precario jardín y comía el resultado. La ropa que llevaba era toda la que le había regalado las abuelas cuando partían, por esta razón era anticuada y por lo general negra. Con el jabón que también robaba, lavaba la ropa pero sólo una vez por mes, y si no había jabón ni siquiera se dignaba a enjuagarla. Tenía toallas viejas que usaba para bañarse ella misma, pero repito, si no había jabón, no había baño de ningún tipo. En su tiempo libre, es decir, la mayoría de su tiempo, se conformaba con peinar a los gatos que se metían en su casa por la puerta delantera, o por el techo de la casa de al lado.
Es fácil imaginarse los olores que transmitía esa casa, así también como es fácil imaginar la suciedad o el aspecto de alguien que no se baña, que no se lava los dientes ni el pelo, que come solamente verduras crudas y que vive en la misma miseria.
Entonces, es fácil también, entender porqué los vecinos no tienen cariño hacía Griselda. Sin trabajo y sin nada que hacer, Griselda se dedicaba a probarse zapatos en las zapaterías de la zona, todos los talles, colores y modelos, jamás compraba alguno, y esto siempre terminaba por molestar a las vendedoras que trataban de no taparse la nariz cuando Griselda entraba al local.
Vestida de negro, con pelo ondulado (no tenía rulos pero tampoco era el pelo lacio que se acostumbraba en Boedo), sus dientes sucios y su voz ronca, Griselda se ganó el odio de todo el barrio. Cuando salía a pasear, se murmuraba a su alrededor, la gente se apartaba, le gritaban y hasta una vez un chico le tiró desde una terraza un balde de agua fría para comprobar si era o no una bruja, en el caso de serlo, se derretiría: pero todo concluyó con una sonrisa de parte de Griselda quien hubiese agradecido el agua fresca si no fuera por el simple hecho de que jamás nadie le enseñó a decir gracias.
Cuando los quiosqueros se sentaban a leer el diario en la puerta del quiosco, esos días de verano donde nadie compra nada a la hora de la siesta, ella se paraba a un costadito e intentaba aprender alguna palabra de los encabezados que oscilaban entre mentiras políticas y asuntos policiales. Debo admitir que este método, aunque no gustaba mucho a los quiosqueros, le funcionaba muy bien a ella, porque así aprendió a escribir palabras como: Gobierno, Robo, Banco, Asesinato, Democracia y Corrupción. Griselda jamás había dicho te amo, jamás se había sentado en una mesa a comer educadamente con la familia y jamás había tratado el incansable tema del clima en una conversación.
Así que murió sola, murió de vieja, en su casa, acostada junto a su gatito favorito, Germén, a quien había nombrado tras una vez leer en el diario las condiciones de los hospitales públicos.
"Creer vivir en la nada, ya era costumbre en esos días. Constantes preguntas sin resolver, nada nuevo. Cuando al fin decidí deshacerme del dolor, me encontré con nuevas, pero extrañamente apetecibles, sensaciones. Mientras los telares mi piel sufrían y el fuego goteaba en el lavatorio, a mi frente la hostigaba un sudor frío. También a mis manos, que sólo apretaban mi brazo fuerte. Sentía al mundo girar sin pausa, porque había bajado de una calesita en la que estaba jugando, y terminé al borde de la descompostura. Decidí sentarme. Y eso sólo incrementó el temblor de mis piernas y mis sucias manos. Me quebré al llanto. No veía bien lo que hacía, las lágrimas lo impedían. Desnuda, me tire al suelo pensando que el frío apaciguaría mi temblor y el desesperante llanto. Despacio, me levante y lavé mis manos, mis brazos y mi cara. Ordené los estantes que habían sido abatidos por el tornado de mi desesperación, y camine a mi cama, ella que siempre me acurrucaba entre sus sábanas e impedía que la más mínima molestia se intrometiera. Dormí un rato, levanté con lágrimas secas en mi cara. Miré mi brazo lastimado y corrí otra vez al baño."

TÚ ME QUIERES BLANCA (Alfonsina Storni)

Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,me quieres de nácar.
Que sea azucenasobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.
Ni un rayo de lunafiltrado me haya.
Ni una margaritase diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.
Tú que hubiste todaslas copas a mano,
de frutos y mieleslos labios morados.
Tú que en el banquetecubierto de pámpanos
dejaste las carnesfestejando a Baco.
Tú que en los jardines
negros del Engaño
vestido de rojo
corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto
conservas intactono sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
-Dios te lo perdone-,
me pretendes casta-
Dios te lo perdone-,
¡me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
vete a la montaña;
límpiate la boca;
vive en las cabañas;
toca con las manos la tierra mojada;
alimenta el cuerpo
con raíz amarga;
bebe de las rocas;
duerme sobre escarcha;
renueva tejidos
con salitre y agua:
Habla con los pájaros
y llévate al alba.
Y cuando las carneste sean tornadas,
y cuando hayas puesto
en ellas el almaque por las alcobas
se quedó enredada,entonces,
buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.
Yo quiero a eso que ya no está, eso que se desvaneció entre algún parpadeo. Esa persona que murió en un enfrentamiento fatal con él mismo. Es que quiero a ese ser que abatido por su propia Guerra Fría y que ahora quedó sellado en el recuerdo. Fue a combate en busca de la perfección que ya tenía, durmió bajos las palabras de grandes pensadores que no tenían otro final más que el mismo que tienen todos los que se vuelven conocedores de las verdades más ocultas. Así, finalmente tiró sus armas y la realidad lo apuñaló por la espalda: tan cruel como él pensaba. Se disolvió: ni rastros quedan de lo que alguna vez fue: vacías miradas de nada en un cuerpo que ya perdió la esencia que un día me hizo amarlo.Y extraño eso que no volverá, que no encontraré en ningún otro ojo, en ninguna otra vida, en ninguna otra sombra.

sábado, 21 de junio de 2008

1

Le mostré cada uno de los parientes extraños y le conté cada historia de controversias. Saludamos a mi mamá, quien se creyó completamente el verso de que Julián era mi novio actual, futuro abogado y amigos incondicionales. Pero como siempre agregó alguna de esas frases que me hacen recordar que ella es Susana, ya fuere: “¿Y cómo conseguiste que un chico tan guapo te de bola?”, o: “No lo arruines”.Él no era ni de una familia de plata ni de nombre, pero es la persona más educada que conocí en mi vida, sus gestos, sus maneras, parece como si fuese de la realeza y la familia lo notó al instante. Después nos encontramos con mi padre, por supuesto que Julián no sabe la retorcida historia. Se comportó muy bien pero fue una situación que no anhelo repetir. Cuando estaba por empezar a contarle sobre todas las cirugías de la tia abuela de mi hermana, vi a Leandro acercarse con Mariela: Vi a mi ex novio que me engañó, del brazo de la mujer con la que me engañaba, una ex cercana amiga. Leandro era esos tipos soberbios que se llevaban el mundo por delante. Esas personas que no tienen noción de lo que hay a su alrededor, a menos que puedan conseguir algo de ellos. Todo eso lo procesé el segundo en que lo vi. Me quedé helada y Julián se dio cuenta fácilmente. Leandro y Mariela se acercaron, ella no me miraba, pero Leandro lo hacía como si yo fuese quien lo había estado engañando durante cinco meses, tenía esa habilidad de hacerme sentir tan chica, tan nada. “¿No me presentas a tu pareja?”, me dijo sonriendo irónicamente. “Julián, Leandro, Leandro, Julián”, dije de mala gana y mirando hacia lo lejos. Dejé a Julián y corrí a Florencia a penas la vi entrar, no recuerdo bien que le dije pero seguramente la mitad de la fiesta lo recuerda muy bien. En síntesis, jamás habría pensado que mi hermana misma invitaría a la persona que me causó tanto daño, a esto ella argumentó que mamá quiso invitarlo, porque ignoraba la situación, pero a Florencia nunca la entiendo. Salí de la mano con Julián y tomamos un taxi, me acompañó a casa y se comportó como el príncipe que es: me acosté en la cama y me largué a llorar. Hacía mucho que no lloraba y me parece que la última vez que lloré enfrente de alguien más fue cuando me lastimé el dedo gordo de pie teniendo 12 años. Me tapé con la sábana y comencé a hablar: y él a escuchar. Me tenía la mano y con su brazo me arropó, mientras intentaba entender los enredos familiares, mis ideas y vueltas con Leandro y lo que significaba para mí verlo. Al rato, miré a mí alrededor y era de día, él no estaba. Eran las 12 del mediodía. Sí. Había dormido unas 13 horas seguidas. Fui a la cocina, sin comprender mucho y vi una nota donde me decía que había té hecho y que tenía que ir a almorzar con su familia.

"El surrealismo soy yo"


Salvador Dalí: Como pintor, Dalí no tuvo un único estilo o técnica; lo mejor de su producción se desarrolló dentro del surrealismo y sus cuadros, de un gran detalle y composiciones extravagantes y geniales, reflejan un mundo onírico particular.
En
1929 se sumergió en el surrealismo tras su colaboración con Luis Buñuel en Un perro andaluz (Un chien andalou).
Contribuyó a revitalizar este movimiento con sus novedosas invenciones, basadas en ideas
freudianas.

Las doce de la noche


Muchacha (Ojos de papel)
Almendra. Luis Alberto Spinetta
Muchacha ojos de papel, ¿adónde vas? Quédate hasta el alba. Muchacha pequeños pies, no corras más. Quédate hasta el alba. Sueña un sueño despacito entre mis manoshasta que por la ventana suba el sol. Muchacha piel de rayón, no corras más. Tu tiempo es hoy. Y no hables más, muchachacorazón de tiza. Cuando todo duermate robare un color. Muchacha voz de gorrión, ¿adonde vas? Quédate hasta el día. Muchacha pechos de miel, no corras más. Quedate hasta el día. Duerme un poco y yo entretanto construiréun castillo con tu vientre hasta que el sol, muchacha, te haga reírhasta llorar, hasta llorar. Y no hables más, muchachacorazón de tiza. Cuando todo duermate robare un color
.

sábado, 5 de abril de 2008

para él, para mí

Había una vez y una vez había un mundo donde las casualidades habían sido desterradas, y este mundo era tan grande que si una mosca volaba por las praderas de un país europeo, las personas viviendo en el desierto de algún otro país latinoamericano, jamás caían en cuenta de la minúscula mosca.Como cualquier mundo grande, tenía gente: de todos los tamaños, colores y formas. Las características variaban, por supuesto. Su pequeño tesoro eran sus mentes, aunque muchos ni lo sabían. Las mentes que residían en cada uno de ellos eran el poder personalizado y alcanzaban magnitudes jamás imaginables. Cada mente por si sola era un universo aparte, más grande que el mundo antes nombrado, pero lo más interesante radica en la conexión y fuerza de esas mentes unidas, claro: nunca unidas por casualidad. Es tan así que un ejemplo de este fenómeno es el encuentro de dos mentes en un mismo lugar, un mismo día y un mismo momento: único e irrepetible. En un día como cualquiera nacen dos personas que no saben nada de ellas mismas aún, y mucho menos de la otra naciendo en otro lugar de este enorme e inesperado planeta. Un día nacen: un día leen el mismo libro, un día escuchan la misma canción y un día lloran las mismas lágrimas por los mismos motivos y hablan las mismas palabras. Es casi aterrador pensar que en este mundo hay gente sintiendo lo mismo, pero los peculiares matices de cada una de ellas, son reconfortantes y los hacen individuos. Así, un día se conocen, por formas aparentemente azarosas, se unen, se funden en una mente y se reconocen en sus propias formas de ser. Un mismo día nacen, un mismo día se conocen y un mismo día se quieren. Son sus palabras las que llegan a hacer creer que no se están conociendo por primera vez, que en algún momento de esta o de otra vida se han visto, se han sentido y han sido uno. Este sentimiento tan fuerte e inexplicable es la razón de la necesidad de permanencia de sus almas, nuevamente juntas, que no quieren escaparse ni dejarse ir aunque la misma muerte los llame. Este autor confirma que el fenómeno de la unión de las almas es posible y de hecho, le ha pasado. Le ha pasado sentir y decir lo mismo. Le ha pasado querer abrazar a alguien tan fuertemente que se convierta en uno y uno sean. Y este autor ha querido hoy, y hace mucho tiempo ya, compartir un aura mágica con el ser que deba ser con quien se transporte a un mundo aparte, un mundo intangible que reside tácito en un universo paralelo de todo lo que no se puede poner en palabras, de cosas inimaginables y donde en ese lugar no se habla: se siente.

lunes, 24 de marzo de 2008

ESMUNSI ILUSTRADO. Tomo 1

Jugueteando con las letras y oraciones, creando palabras imaginarias para los amigos lejanos, cuando el amanecer la sorprendió mientras estaba rumiando la palabra “esmunsi”. Lejos de sentir alivio o alegría por el despertar de un nuevo día, la invadió un sentimiento de culpabilidad. “No puede ser que el mundo esté cayéndose a pedazos y yo desperdiciando mi noche pensando palabras extrañas, realmente me comporto como una verdadera esmunsi”. Y no se habló más del tema, pero claro, no es cuestión.

Aquella esquina de aquella calle de aquel barrio porteño, con sus gentes acaloradas, sus idas y venidas, sus corridas y sus gritos, su frenezí matutino y ya bien establecido, su eterna soledad a pesar de estar enteramente poblado de individuos alterados fue el escenario perfecto para que ella, con toda la brutalidad y violencia que su delgado cuerpo le permitió apoyara su pie derecho sobre el piso generando un estruendoso ruido-señal de rebeldía-en el momento justo en el que todos sus dedos, contenidos adentro del zapato chocaran con todo el asfalto, contenido adentro de la esquina, adentro de la calle , adentro de aquel barrio porteño, con sus gentes acaloradas, sus idas y venidas, sus corridas y sus gritos, su frenezí matutino y ya bien establecido, su eterna soledad a pesar de estar enteramente poblado de individuos alterados y claramente una pequeña y revolucionaria esmunsi que bajo la forma de una magu rompió con todas las reglas preestablecidas de ese circo de la modernidad y se dedicó a permanecer quieta, muy quieta hasta que alguien notara lo mismo que ella, que todo estaba mal, que la gente estaba equivocada, que todo estaba equivocado y que la gente estaba mal. Fue entonces que el sol pareció darse cuenta, porque se fue de repente y se hizo de noche. Y aquella pequeña esmunsi solitaria emprendió su caminata hasta su casa. Porque claro, allá es bien bravo de noche, che, che.

Cómo reconocer a una esmunsi: Es difícil, suele tomar la apariencia física de una persona común y corriente. ¡Pero no desespere! Basta con escucharla hablar, y entenderá de una vez y para siempre que ella es especial, que ella es capaz de largar al aire frases que lo dejarán pensando por días, que lo que ella ve los demás lo escuchan, que lo que ella siente los demás lo niegan. Siempre tan en contra de las convenciones sociales, pero luchando como pueda-y en la medida que se anime- por una sociedad mejor. Sutiles contradicciones de una especie que dará que hablar.

Del grotesco enfrentamiento de una esmunsi con los malvados spots publicitarios de la calle Corrientes, a las 21:45 de una noche de invierno, con una bufanda verde de por medio: ¡Con un pelo saludable todo es posible!, primer ataque de la Maquinaria Publicitaria, dirigida contra las mujeres que piensan, las mujeres profesionales, las mujeres que se esfuerzan, las mujeres presidentas, las mujeres doctoras, las mujeres honradas, las mujeres que no les basta con tener un pelo brillante y sedoso con sensación de seda de gusano para lograr sus sueños. Claramente la Maquinaria Publicitaria conocía las debilidades de una esmunsi tan pequeña y tan bonita. Porque claro, recordemos, se trata de una esmunsi hembra. Resultado parcial del encuentro: notoria sensación de nauseas provenientes del estómago de magu. Contraataque esmunsi: “estoy pensando hacerme rastas como Sooz”. Segundo encuentro: Motorola V8 RAZR. Más afilado que nunca. (El golpe proviene de la imagen de fondo, en el cual una super hembra humana lucha contra un super macho humano para ver quien logra –celular en mano- desvestir más rápido a su super contrincante) Pensamiento lineal de Magu, Ilustrado: Sexo, Violencia, Libertinaje, Estandares de belleza inalcanzables, super hembra, super macho, super sexo, super ropa, super celular, super necesidad que no necesito, super necesidad de mandar un mensaje a algun super macho, super necesidad de vomitar. Probando probando, un dos tres, camino libre para el vómito. De esa forma concluye este enfrentamiento, con una esmunsi más liviana, desprovista de concepto de dignidad social y de jugo pancreático.

Qué hacer si logra amaestrar a un esmunsi: si logra que un esmunsi le regale una parcela de su corazón (son animales de gran corazón) comprenderá que en sus manos tiene a una de las especies animales más frágiles que puede existir. Deberá cuidarla con celo, deberá quererla con esmero, ya sea a través de un teclado, de un cable, de un monitor, o por los medios que usted disponga. Deberá comprender que por la naturaleza de poeta de los esmunsis, cualquier cosa los puede dañar. Son extremadamente frágiles, debido a estar compuestos en iguales medidas de Aire, Ideales, Arte y Conciencia Social. Vaya mezcla etérea. Vaya criaturita de Dios.

De un lado, al otro, de un lado, al otro, de un lado, al otro. Enjuagar. Procedimiento de lavado dental terminado. Esmunsi lista para irse a dormir.

1:25AM: Podemos observar a nuestra esmunsi cuasi magu buscando un vaso con agua.
2:12AM: Magu se rasca la nariz de esa forma en la que siempre imaginé que ella lo haría.
3:55AM Magu es trasladada a un lugar donde ella nunca antes había estado. Esto de estar soñando es algo realmente muy extraño. El sitio donde se encuentra se puede explicar como una enorme plaza muy verde, con mucha gente, pero no acalorada, sin idas y venidas, sin corridas y gritos, sin frenesís matutinos bien establecidos ni que ocho cuartos, sin eterna soledad a pesar de estar enteramente poblada. Una hermosa plaza con un gigante cartel de focos de colores que dice PLAZA INDEPENDENCIA. INDEPENDENCE SQUARE. Magu se sienta sobre un banco que al parecer la está invitando a sentarse, ya que el banco es grande y ya hay otra persona sentada en uno de los extremos que a los gritos dice “MAGU MAGU VENI”. Sutilezas del destino. No tuvieron que decir nada más. Lo supieron desde ese mismo momento en el que los dos soñaron simultáneamente el mismo sueño, el mismo lugar. Cuando dos esmunsis se juntan suceden cosas extrañas. De pronto Magu despierta, muy sobresaltada, algo extraño está sucediendo alrededor. Mira por una ventana que no es su ventana, corre las sábanas de una cama que no es su cama. Al oeste las montañas, el Aconcagua, los árboles verdes, nada de edificios, un esmunsi que le trae un café (porque a la esmunsi de esta historia le gusta el café), un apretón de manos, un beso, un abrazo, un “por fin”, un amigo para siempre, una amiga para siempre. Dos esmunsis encontrados en algo que podría bien ser un sueño o algo real. Sinceramente a ninguno de los dos les importa, ni lo quieren comprender. Estos esmunsis llegan a ser criaturas incomprensibles, y eso los hace lo que son.




Gracias,esmun.
Y en cuanto las cosas se complican un poco, hay potenciales discusiones (aunque mínimas) o el ambiente no es tan ameno…se va. Y no vuelve (por las dudas).
Quien quiera leer, que lea.
Quien no, allá él.

Tia explicada o no. (julio cortázar)

Quien más quien menos, mis cuatro primos carnales se dedican a la filosofía. Leen libros, discuten entre ellos y son admirados a distancia por el resto de la familia, fiel al principio de no meterse en las preferencias ajenas e incluso favorecerlas en la medida de lo posible. Estos muchachos, que me merecen gran respeto, se plantearon más de una vez el problema del miedo de mi tía, llegando a conclusiones oscuras pero tal vez atendibles. Como suele ocurrir en casos parecidos, mi tía era la menos enterada de estos cabildeos, pero desde esa época la deferencia de la familia se acentuó todavía más. Durante años hemos acompañado a tía en sus titubeantes expediciones de la sala al antepatio, del dormitorio al cuarto de baño, de la cocina a la alacena. Nunca nos pareció fuera de lugar que se acostara de lado, y que durante la noche observara la inmovilidad más absoluta, los días pares del lado derecho y los impares del izquierdo. En las sillas del comedor y del patio, tía se instala muy erguida; por nada aceptaría la comodidad de una mecedora o de un sillón Morris. La noche del Sputnik la familia se tiró al suelo en el patio para observar el satélite, pero tía permaneció sentada y al día siguiente tuvo una tortícolis horrenda. Poco a poco nos fuimos convenciendo, y hoy estamos resignados. Nos ayudan nuestros primos carnales, que aluden a la cuestión con miradas de inteligencia y dicen cosas tales como: «Tiene razón». ¿Pero por qué? No lo sabemos, y ellos no quieren explicarnos. Para mí, por ejemplo, estar de espaldas me parece comodísimo. Todo el cuerpo se apoya en el colchón o en las baldosas del patio, uno siente los talones, las pantorrillas, los muslos, las nalgas, el lomo, las paletas, los brazos y la nuca que se reparten el peso del cuerpo y lo difunden, por decir así, en el suelo, lo acercan tan bien y tan naturalmente a esa superficie que nos atrae verazmente y parecería querer tragarnos. Es curioso que a mí estar de espaldas me resulte la posición más natural, y a veces sospecho que mi tía le tiene horror por eso. Yo la encuentro perfecta, y creo que en el fondo es la más cómoda. Sí, he dicho bien: en el fondo, bien en el fondo, de espaldas. Hasta me da un poco de miedo, algo que no consigo explicar. Cómo me gustaría ser como ella, y cómo no puedo.

popurrí de nada

Me veo reflejada en el fracaso de otra gente y me respondo amenudo que no tengo porque ser yo quien termine de esa manera, tan agotada, tan perdida. Pero inexorablemente soy esas personas: todas. Soy su mirada vacía, sus almas sin amor.
Odio personificar la historia deprimente que repite la gente por pena. Odio ser mi propia historia de desamor constante. Y quizás, estoy, de hecho, pidiendo demasiado, sólo que a todos parece no costarle y ahí pienso que mi pedido es sólo normal.
¡Quiero ser quien quiero!

domingo, 23 de marzo de 2008

Poema

Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores
blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz,
te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz,
voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago
y cintas que dormían en la lluvia.

No quiero que tengas una forma,
que seas precisamente lo que viene detrás de tu mano,
porque el agua, considera el agua,
y los leones cuando se disuelven en el azúcar de la fábula,
y los gestos, esa arquitectura de la nada,
encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro.

Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo,
pronto a borrarte, así no eres,
ni tampoco con ese pelo lacio, esa sonrisa.
Busco tu suma,
el borde de la copa donde el vino es también la luna y el espejo,
busco esa línea que hace temblar a un hombre en una galería de museo.

Además te quiero, y hace tiempo y frío.

De mi amado Julio Cortázar

viernes, 21 de marzo de 2008



Me cuesta creerlo: soy una estudiante universitaria.
Y peor me siento cuando me doy cuenta que mis sentimientos frente a este gran cambio son figurita repetida, ¿cuántos somos los que nos sentimos así? ¿cuántos hay que se sientieron así? y ¿cuántos vendrán que inexorablemente se van a sentir así?
Creo que son pocos, o casi nadie, los que pueden afrontar el cambio sin preguntarse dónde se fue el tiempo que paso o a caso, cómo fue que paso tan rápido. Porque estar empezando la facultad es un hecho muy normal, (por suerte hoy en día somos muchos los afortunados, aunque sigue habiendo una gran cantidad de chicos que ni siquiera terminaron la primaria, ya estamos acostumbrados a escucharlo por el ambiente socioeconómico que nos rodea y nos entrega la ventaja de poder estudiar) pero creo que hacerlo nos remite a miles de preguntas todas relacionadas con la magnitud del tiempo. Es que hace unos años mis padres se asombraban a verme empezar la secundaria, pero que yo sea la que no puede creer mi realidad, me asusta mucho más.
En cambio no sé si le tengo tanto miedo a la facultad en sí, más bien es la incertidumbre de meterme en un ambiente totalmente desconcido, pero que en fín, anehelé durante mucho tiempo. Me siento más libre, más grande y eso es bueno, entonces ¿porqué las repentinas ganas de querer meterme en la cama y no salir más?
No es por la facultad o por tener que estudiar: es porque veo mi vida escurrirse en el tiempo que pasó.
Sé muy bien que amo mi carrera, o sé que la voy a amar, es lo que siempre me gustó y quize hacer, entonces el viernes 28 de marzo me siento en algún banco de la sede Drago en la capital federal, en Buenos Aires, en Argentina y empiezo este largo camino por ser quien yo quiero ser: formarmándome, viviviendo, conociendo, para SER.

Suerte, María Agustina.
Te la deseo más que nadie, yo, tu ingenuidad personalizada en este texto.

jueves, 20 de marzo de 2008

Hoy

Escribo para mí, para mi teclado o mi hoja blanca lisa..

Viaje Finido

¿Qué hacen tus ojos largos de mirarme?
¿Qué hace tu lengua, de llamarme, larga?
¿Qué hacen tus manos largas de tendersehasta mis llamas?

¿Qué hace tu sombra larga tras mi sombra?
¿Por qué rondas mi casa?
En el beso de ayer hice mi viaje.
Conozco tu alma.

¿Para qué más?
He terminado el viaje.
Tus catacumbas inundadas de aguasmuertas,
oscuras, cenagosas, fueroncon mis manos palpadas.

Tus manos ni se acerquen a las mías,
apártame tus ojos, tus palabras...
los mohos de tus zócalos secaron
raíces de mis plantas.

Odio tus ojos largos.
Odio tus manos largas.
Odio tus catacumbas
llenas de agua.