Paso la tormenta. Se secaron las lágrimas. Lavé la sangre. Se terminó. ¿Se terminó? ¿Hasta cuando voy a estar juntando los escombros de mi vida? ¿Hasta cuando voy a seguir creyendo que de verdad esto termino? Y por sobre todas las cosas me pregunto hasta cuándo la gente que está alrededor mío va a seguir balbuceando sus ganas de que todo vuelva a ser como antes, que la vida es tan linda, que tengo que ser feliz, que miremos el lado positivo de la situación, y todo el tiempo “¿qué te pasa?”. No quiero que todo vuelva a ser como antes, pero tampoco entiendo muy bien cuales son los pasos que le siguen a está incertidumbre que se mezcla con la pena ajena y sobreprotección. ¿Hasta cuándo mi mamá va esconder las tijeras? ¿Cuándo me van a dejar cerrar completamente la puerta de mi cuarto o del baño? ¿Cuándo voy a volver a ser yo sin volver a ser yo? ¿Cuándo se van a borrar las marcas de la piel? Y esas malditas pastillas en mi mesa de luz. Y esas ganas horribles de tirar todo a la mierda de nuevo. Y todo ese rejunte gigante de cosas que nadie entiende.
viernes, 19 de septiembre de 2008
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